Juntos por el Cambio volvió a ganar Santa Fe y el PJ pierde un senador

Carolina Losada y Dionisio Scarpin representarán a la provincia en el Senado nacional por la mayoría. Marcelo Lewandowski, pese a la derrota, quedó bien posicionado en el PJ.

Juntos por el Cambio volvió a cantar victoria en Santa Fe con la fórmula Carolina Losada-Dionisio Scarpin, con un porcentaje levemente menor al de las Paso, pero igualmente contundente: 40,44 a 32,19 al candidato del Frente de Todos, Marcelo Lewandowski. No pudo el peronismo remontar los resultados de las primarias y perderá uno de los dos senadores que tenía. El Frente Amplio Progresista (FAP), con la candidatura de Clara García, no pudo terciar en un disputa que siempre asomó polarizada. La candidata socialista apenas aumentó su caudal de votos y el futuro de una fuerza que supo ser gobierno en la provincia está llena de interrogantes.

En la categoría a diputados, no hubo grandes diferencias con respecto a la de senadores. Por lo que de las 9 bancas en juego que ponía la provincia, 5 corresponden a Juntos por el Cambio, 3 al Frente de Todos y 1 al Frente Amplio Progresista (FAP).

Por la lista ganadora, Juntos por el Cambio, ingresarán a la Cámara de Diputados Mario Barletta, Victoria Tejeda, Luciano Laspina, Germana Figueroa Casas y Gabriel Chumpitaz. Por el Frente de Todos: Roberto Mirabella, Magalí Mastaler y Eduardo Toniolli. Por el FAP: Mónica Fein.

Los resultados que arrojaron las urnas en Santa Fe permiten prefigurar escenarios futuros, incluso entre los vencedores y vencidos. La mediática Carolina Losada, que volvió a la provincia para esta campaña y seguirá en Buenos Aires en su banca en el Senado, ganó cómodamente la elección, pero difícilmente pueda dar la talla entre sus pares de Juntos por el Cambio para ir por Gobernación en 2023. En esa coalición opositora los liderazgos no suelen ser permanentes, sino más bien lábiles. Lo que sí permitirá el triunfo de la panelista es la ambición de la UCR de liderar un proyecto provincial. Losada fue aupada por un sector del radicalismo que hasta hace dos años movía poco el amperímetro de la política santafesina.

A este vector radical se le sumó el que comandó Maximiliano Pullaro en las Paso. El ex ministro de Seguridad de la provincia dio el salto definitivamente a Juntos por el Cambio cuando falleció Miguel Lifschitz, convencido de que a nivel nacional no hay lugares para terceras fuerzas, como la que quería proyectar el socialista.

Con esta elección, como hicieron con Facundo Manes en provincia de Buenos Aires, la UCR se anota un triunfo con una candidata “outsider” que le otorga un plus de frescura a un partido que estaba extraviado por la gravitación del PRO. La caída del gobierno de Mauricio Macri posibilitó la aparición de dirigentes emergentes sin el ropaje amarillo.

En el Frente de Todos de Santa Fe se abren interrogantes y sombras sobre la gobernabilidad en la provincia. Marcelo Lewandowski irá al Senado nacional representando a la minoría. Su derrota, sin embargo, tiene otras claves. Por ejemplo, sacó más votos que el primer candidato a diputado, Roberto Mirabella, un hombre de extrema confianza de Perotti. Otro dato sobresaliente es que volvió a ganar en Rosario, lo que lo coloca como un dirigente con posibilidades de dar batalla para la Intendencia representando al peronismo si es que dentro de dos años decide mudar nuevamente sus ambiciones políticas.

El gobernador Perotti queda tocado. Pierde una elección para cargos nacionales de medio término y tiene que gobernar dos años más con minoría en ambas cámaras legislativas (y sin reelección). Habrá que ver si este escenario adverso funciona como un revulsivo para su gestión. ¿Promoverá cambios en su gabinete? ¿Salvará su relación con su vice Alejandra Rodenas, con quien dejó de hablar? ¿Convocará, como el gobierno nacional, a la oposición? Estas preguntas se comenzarán a revelar con el correr de los días.

Perotti, como casi todos los oficialismos, quedó preso del malestar que provocó el sacudón de la pandemia. Pero, fundamentalmente, por un combo explosivo entre inseguridad e inflación.

La semana previa a las elecciones, hubo lluvia de balas y el oficialismo nacional, por extensión el provincial, cerró su campaña con el 3,5 por ciento de inflación. No debe sorprender entonces que con semejante mochila de piedra un gobierno no pueda ganar una elección. Fue casi un resultado cantado.

Ni el auspicioso programa Billetera Santa Fe pudo matizar el humor de una gran parte de la sociedad, de ingresos medios y bajos, que ven cómo sus salarios se erosionan frente al constante aumento de precios.

Todo ello pese a que el Frente de Todos de Santa Fe desenganchó su campaña del gobierno nacional. Todos los funcionarios del presidente Alberto Fernández, de primera o segunda línea, que vinieron a la provincia lo hicieron para hacer anuncios de obras, programas o inversiones. Pero no hubo caso, la suerte estaba echada.

Pese a los síntomas de recuperación económica (crecimiento de la actividad industrial y del consumo interno) el oficialismo no pudo o no supo comunicar el repunte. La bronca pudo más y los votos que salieron de las urnas fueron como una fusta para el castigo.

“Recordá que en Santa Fe una vez ganó René Balestra”, soltó con malicia, intentando amortiguar el golpe, un dirigente del oficialismo que quiso bajarle el precio a la victoria de Carolina Losada.

Si en el oficialismo provincial todo ahora es replanteo, en el Frente Amplio Progresista (FAP) también es tiempo para el análisis puertas adentro. La coalición dominada por el socialismo aspiraba a ser la fuerza que más votos aumentara desde las Paso a las generales, pero solo creció algo más que un uno por ciento (pasó del 11 al 12,30). Para la categoría a senador, Clara García quedó muy lejos de los dos frentes más votados. Esto sector sufrió una doble pérdida: la muerte de su líder natural (Miguel Lifschitz) y la diáspora radical que buscó mejor lumbre en el calor opositor de Juntos por el Cambio, más precisamente en la figura de Martín Lousteu, un candidato porteño cincelado por el eterno operador Enrique Coti Nosiglia.

Como premio consuelo, el FAP colocará un diputado más en la Cámara baja. Mónica Fein se sumará al bloque que ya integra Enriquez Estévez. La ex intendenta de Rosario, y ahora presidenta del Partido Socialista, vuelve a ocupar un escaño en la Cámara de Diputados, cargo que ocupó antes de recalar en el Palacio de los Leones.

El socialismo, de todos modos, junto a un par de sus aliados, seguirá influyendo en la política provincial. Pese a la huida de los radicales, en la Legislatura provincial seguirá con un bloque mayoritario. Habrá que ver cuál es la estrategia que se dará de ahora en más para no perder gravitación en Santa Fe y cómo se posicionará, de cara al 2023, en un escenario nacional partido en dos mitades.