Los cierres no paran y ahora se suman comercios históricos
Las jugueterías El Globo Rojo y Chimenea tenían 40 años en la ciudad y se agregan a los grandes actores que se fueron de la peatonal. Preocupación entre los comerciantes.
En un contexto económico complicado, siguen los cierres de locales comerciales en el centro de Rosario. Una juguetería tradicional, "El Globo Rojo" de Córdoba y España, bajó la persiana y vació el local; y la juguetería, regalería, librería y bazar "Chimenea" de San Luis e Italia, que vendía de forma mayorista y minorista, anunció una liquidación por cierre. Ambas tenían 40 años de antigüedad. También se fue "Al Elegante", un clásico local de vestimenta masculina de la peatonal que databa de 1901 y ya venía con inconvenientes desde hacía un tiempo.
Se suman a Falabella (se va del país y sigue solo con venta online), Borsalino (por el alto alquiler cerró el local de Sarmiento y Córdoba pero los otros siguen), Garbarino (se habla de una venta, pero no hay nada concreto) y tantos otros pequeños que ya venían golpeados por la crisis económica que empezó en 2018 y que no pudieron hacer frente a un extendido escenario pandémico de baja de ventas, cambios en los hábitos de consumo y cierres por restricciones sanitarias.
El último relevamiento oficial, que el municipio realiza en diciembre y junio, indica que en el centro había un 13 por ciento de locales desocupados, pero estiman que hoy deben ser algunos más y por ello pusieron manos a la obra con un plan para darle una lavada de cara a la zona, mientras entusiasman inversores que quieran hacer un desembarco. Sin embargo, los comerciantes creen que luego de un invierno duro, cuando pase la segunda ola de la mano de la vacuna y una posible vuelta a la "normalidad" florecerá el centro de la pospandemia revitalizado.
Fabio Acosta, titular de la Asociación Casco Histórico, dice que no hay cierres masivos, pero lo que alarma es "quiénes son" los que se van: comercios grandes con muchos empleados. "Producto de casi cuatro años de recesión, dos por crisis económica y uno y medio por pandemia, pasó lo impensado: que comercios que resistieron todo, tengan que cerrar", graficó. No obstante, dijo que los locales chicos se ocupan "rápido", en 4 o 5 meses, ya que "hay dinero para las bajas inversiones aún por los retiros voluntarios y el bajo rendimiento de los depósitos en bancos".
La respuesta a esta "debacle sin precedentes" en la actividad comercial, hay que buscarla para el referente en que "las restricciones y el miedo al contagio provocaron cambios culturales que no sabemos en dónde terminarán". Según su análisis, el centro va a renacer en la postpandemia, "pero con gran concentración de recursos en la inversión privada, que no va a suceder si no aparece primero la pública, poniendo en valor la zona céntrica".
"Estamos seguros de que luego de la pandemia los locales se van a volver a ocupar y convivir esta modalidad con la venta online, que hoy es la moda, porque al consumidor también le gusta tocar y ver lo que compra", dijo, y adelantó que desde su entidad ya están pensando en salidas desde la gestión institucional preparando proyectos de desarrollo para la zona que oportunamente presentarán a las autoridades. "Se sale en equipo, no hay posibilidades de salvaciones individuales de las crisis", disparó.
Pasar el invierno
En la peatonal Córdoba hay cerca de 30 locales desocupados, con una gran concentración entre Maipú y Laprida que estaban desde antes, por lo que la seguidilla de cierres fuertes preocupa, y mucho. "Hace más de un año que estamos en pandemia. Indudablemente hay locales que estaban soportando como se podía, quedan demasiados que siguen abiertos y pecheando esta situación. Pero se sabía que había varios que pendían de un hilo", radiografió Nelson Graells, titular de la organización que nuclea a los comerciantes de la peatonal.
Lo que está claro es que viene un invierno con incertidumbre respecto de los contagios, por lo que según Graells "hay gente que está para volver a invertir, pero va a haber que esperar un poco y bancar este momento para evitar la desocupación de más gente. Necesitamos que todos sigan abiertos, o que si alguien decide o no puede continuar, que haya recambio", se esperanzó.
Una buena noticia es, para el referente, que la Municipalidad se mostró interesada en llevar adelante acciones para mejorar el centro, por lo que su pronostico es que los comerciantes deben "prepararse para una pos pandemia y aguantar estos meses con situaciones como el cierre de cuatro o cinco locales muy importantes", esperando que esa preocupación se diluya y vayan apareciendo inversiones. "Siempre que hubo problemas fuertes, el centro se revitalizó y pudimos sacarlo", cerró con optimismo.
"Van a empezar a caer persianas"
La etapa de restricciones, dentro de la cual se sugiere no trasladarse y mermó la circulación, ha golpeado muchísimo a los comercios del centro, y sobre todo a los rubros menos esenciales, donde se posterga el consumo. En este marco, Miguel Rucco, presidente del paseo comercial calle San Luis, pintó un panorama oscuro para la zona céntrica, y pronosticó que “si desde el Estado no se hace algo serio con este tema, van a empezar a caer persianas”.
El dirigente puntualizó que la venta de indumentaria o lencería se sostiene con una demanda por necesidad, pero otros rubros están hoy “soportando momentos de déficit y pérdida que ya vienen desde la primera cuarentena y ya no aguantan seguir endeudándose o gastando ahorros, y consideran en muchos de los casos que no vale la pena continuar perdiendo y esperar que en algún momento cambie”.
En ese sentido, los comerciantes analizan que la economía del país “no va a despegar muy rápido”, ya que las certezas escasean y hay pocas expectativas”.